4.9.07

La Volpe, una pelea intelectual

¿Cómo explicar en pocas líneas tanto? A ver: Ricardo La Volpe debe ser un tipo insoportable, por lo que cuentan los medios de comunicación. Uno de esos con los que uno se iría a las manos si lo tuviera que tratar todos los días. Pero aun así, abrió debates saludables en el fútbol argentino, tan habituado a lo monocromático, a repetir fórmulas testeadas, a someterse a los designios de un viejo que maneja negocios, clubes empobrecidos y periodistas.
Lo más valioso del discurso lavolpiano es su búsqueda de innovación. El Bigotón, quizá sin quererlo, trata de romper con las estructuras más rígidas que existen: las del pensamiento y la costumbre. Propone sistemas de juego creativos, que requieren coordinación y sacrificio. Va contra lo estático, contra los jugadores de Primera que quieren usar el mismo planteo táctico que les enseñaron a los 15. Contra el oxidado 4-3-1-2 (que todos los equipos locales usaron hasta el cansancio durante los últimos años, con éxitos y fracasos).
En un mundo superficialmente mediatizado, La Volpe no tiene miedo de pelearse con un periodista, otro punto a favor.

La vanguardia suele sufrir. Muchos años después, se imponen sus ideas

Apostar por lo nuevo, claro, tiene costos. Por eso, la vanguardia suele sufrir. Muchos años después, se imponen sus ideas, que dejan de ser vanguardistas.
Hay quienes identifican en el fútbol a los técnicos líricos con el progresismo y a los tacticisistas (como el Bigotón) con el capitalismo extremo. Estoy convencido de que se puede ser progresista y metódico a la vez. Se puede buscar la innovación, el adelanto, sin creer en reglas salvajes de exitismo y de eficiencia a cualquier costo.
El obsesivo Marcelo Bielsa, cultor de un fútbol dinámico y mecanizado, viene de una familia de militancia peronista y deja ver un pensamiento de centroizquierda en sus declaraciones mediáticas. Carlos Bianchi, que se cansó de decir "el fútbol es muy sencillo, no hay que complicarlo", vive en Barrio Parque y da charlas para jegarcas de empresas.
En fin, el debate promete. Copio algunas frases del Bigotón.

"¿Por qué no juego con enganche? Yo creo que es un puesto muy predecible, muy estático. Hoy en día no se puede hablar de un sistema de juego, porque el fútbol tiene variantes. El 4-3-1-2 ya está obsoleto. Si el Barcelona, el Chelsea o el Milan no pensaran igual que yo, gastarían 60 millones de euros en un enganche. Sin embargo, usan volantes que se sueltan y llegan por sorpresa."

"Quiero que mi equipo no sea predecible, que pueda pasar de un 4-4-2 a un 3-5-2, a un 5-2-2-2 o lo que sea, que sepan cambiar."


"Los técnicos tendríamos que hablar más de lo mal que llegan los jugadores a Primera División. Por ahí decimos: qué buena técnica trae, pero vienen sin fundamentos. No saben la función de un lateral, por ejemplo. Me gustaría que el jugador de hoy pierda dos horas para saber a quién va a enfrentar. El jugador de hoy es más superficial, no le gusta pensar, si le tirás muchos 'tips', no le gusta."